Con la llegada de nuevas lluvias y el esperado fenómeno del Desierto Florido, una pregunta vuelve a rondar entre turistas, científicos y vecinos: ¿Dónde está la capital del Desierto Florido?. Aunque no existe un reconocimiento oficial, diferentes comunas de la Provincia del Huasco —Huasco, Vallenar y Freirina— reclaman para sí este título, cada una con argumentos naturales y culturales de peso.

Huasco: el contraste entre la costa húmeda y la aridez del desierto

Ubicada en la costa, Huasco posee un microclima particular. La brisa marina mantiene sectores húmedos incluso cuando no llueve, lo que permite la presencia de flora durante más tiempo que en zonas interiores. Aunque está dentro de la región catalogada como el desierto más árido del mundo, sus terrenos se transforman en extensos llanos cubiertos de flores tras las precipitaciones.
Aquí florecen especies emblemáticas en grandes extensiones de terreno como la añañuca amarilla y la pata de guanaco, además de la exclusiva garra de león, una especie emblemática que solo se registra entre Totoral y Huasco y en tres tonalidades diferentes: roja, amarilla y naranja. A la fecha, se han identificado en la comuna más de 200 especies de flores nativas.

Vallenar: el corazón árido con floraciones en carretera

Al interior, en pleno valle, se encuentra Vallenar, cuya geografía y clima seco la convierten en una de las comunas con temperaturas más extremas de la zona, alcanzando en verano cerca de 40 grados Celsius. Precisamente por estas condiciones encaja plenamente en la definición de desierto árido que florece.
Las lluvias transforman sus extensos llanos aledaños a carreteras y planicies en un espectáculo visual protagonizado por grandes mantos de patas de guanaco y nolanas, que atraen a visitantes y fotógrafos y la exponen directamente sin necesidad de adentrarse fuera de la ruta panamericana. Sin embargo, históricamente, las precipitaciones en Vallenar han sido menores en comparación con Huasco, lo que condiciona la intensidad y duración de su floración, pero la encaja en el termino de «Desierto Arido».

Freirina: mosaico de colores entre valles y costa

En el punto medio se encuentra Freirina, que combina características de costa y valle. Sus terrenos amplios se convierten en verdaderos lienzos naturales divididos por colores: por ejemplo, el llano amarillo con añañucas del mismo tono, los parches de loasa tricolor con vibrantes amarillos, y zonas del sur con extensiones donde resaltan añañucas rojas y lirios, grandes Llanos con Lonalas con su color lila y blanco, todos estos a pocos minutos del centro de la ciudad.
En la franja costera, sectores como Aguada Tongoy sorprenden por su riqueza y diversidad: un tapiz multicolor donde conviven distintas especies en un mismo terreno, ofreciendo una de las imágenes más intensas y saturadas de vegetación durante el fenómeno.

Entonces, ¿existe una capital del Desierto Florido?

Hasta hoy, ninguna comuna ostenta oficialmente el título de “capital del Desierto Florido”. Mientras Huasco se destaca por su biodiversidad única y su costa húmeda; Vallenar, por ser ejemplo claro del desierto árido que florece; y Freirina, por su equilibrio entre costa y valle y sus coloridos mosaicos florales.
Quizás, más que elegir una capital, la riqueza del Desierto Florido de Atacama radique en la diversidad de paisajes y especies que cada comuna aporta. Un fenómeno único en el mundo que, más que dividir, invita a reconocer el valor complementario de cada territorio en su conjunto.

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